Mucho se ha hablado acerca de la inauguración de las Olimpiadas de París 2024, sobre todo lo que para algunos sería una oda satánica al libertinaje y para otros una declaratoria de inclusión, apertura y diversidad cultural. Argumentos que oscilan entre los tabúes y sus reivindicaciones. En este artículo nos enfocaremos en un punto de vista en específico: el apocalipsis.
Dentro de los variados escenarios y personajes que se vieron alrededor del río Sena en París, el desfile fue carne de cañón para quienes amamos criticar lo que hace el prójimo y especular acerca de la simbología que su dirección de arte quería representar (jaja).
Y es que el desfile se desarrolló en medio de (o se diseñó con) mega-exhibiciones de heavy metal, pasarelas de diversidad sexual con un toque de (o más bien una sobredosis de) exhibicionismo sexual, mezclado con alusiones al cristianismo que olían a provocación (provocaciones que llevaron inclusive a la organización a pedir disculpas por algunas escenas que pudieron haber parecido polémicas).
De todo lo que consumí de este nutrido tabloide, lo que más cautivó mis pensamientos fue la idea de pensar que sí estamos viviendo el apocalipsis, con tanta muerte, plagas, hambre y desigualdad social; me parece que no es la primera vez que se escenifica al escenario contemporáneo de esta manera…
Más allá de lo acertadas que puedan ser estas declaraciones o no, yo les quiero plantear en este artículo una pregunta desequilibrante que me ha venido a la mente en toda esta discusión (spoiler de idea principal):
¿SI ESTÁ VINIENDO EL APOCALIPSIS, NO SIGNIFICA ESO QUE JESÚS ESTÁ POR VENIR?
¿NO SERÍA MOTIVO DE ALEGRARNOS QUE ESTA SITUACIÓN SE ESTÉ DANDO YA?
Sí, sé que todo esto de la muerte asusta, sobre todo si viene con un juicio de por medio… o más bien: ¿por qué será que la palabra “juicio final” da tanto miedo? Más que nada, ¿a quién da miedo un juicio?…
Bueno, tal vez sí estamos en una época de decadencia como humanidad… o es solo la percepción que tenemos de nosotros mismos… Si comparamos las matanzas de hoy con las de los imperios de antaño, o con conquistas de antaño… Si comparamos estas épocas actuales con algunas otras, ciertamente yo me quedo con ésta. Épocas en donde puedes decir lo que quieras sin que te encarcelen, épocas en donde se ha cambiado la imposición por la persuasión y en donde las acciones (en honor al bien o al mal) son tomadas en su mayoría por invitación y con consentimiento. Personalmente, creo que se han cambiado bastante los mecanismos de persuasión, de la presión a través de la violencia militar hacia la hiperactiva propaganda. Y eso para mi aunque no es lo óptimo, es lo mejor
Con todo esto quiero decir que creo que ha habido épocas peores. Además, la sociedad perfecta no existe, pues es una construcción continua moldeada por opiniones entre tradicionales y progresistas, y en donde cada persona piensa que su opinión del mundo perfecto es la correcta, y su producto es un imaginario social determinado por la dinámica social de ese momento y, por su cualidad constructivista, inapelablemente cambiante.
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